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La universidad del futuro: la mirada de la USFQ

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¿Cómo será la Universidad del Futuro? ¿De qué manera la crisis del COVID nos ha afectado y llevado -a la fuerza- no al 2021 sino al 2025 o más allá?

¿Cómo será la Universidad del Futuro? ¿De qué manera la crisis del COVID nos ha afectado y llevado -a la fuerza- no al 2021 sino al 2025 o más allá? Desde D2L hemos tratado de entender cuáles son los cambios que han sucedido no solo en la educación actual sino tratar de vislumbrar -según sus propios protagonistas-, cómo será la universidad del mañana.

Esta es solo una parte de los diálogos contenidos en el informe La Universidad del Futuro, disponible en este enlace.

Hablamos con Fausto Vasco, Director de Tecnología en la Universidad San Francisco de Quito, Ecuador

¿Qué cambios vislumbra en la universidad de futuro?

Desde inicios del siglo 21 se venía hablando de que debíamos prepararnos para que el estudiante ya no vaya a la universidad, sino que la universidad debe ir al estudiante. La coyuntura del Covid-19 lo que ha hecho es acelerar ese proceso.

La Universidad del futuro debe ser más global, realizar virtual lo que se puede hacer virtual y hacer presencial lo que debe ser presencial. Recordemos que hay Laboratorios, clases decCocina, clínicas de odontología y medicina, etc. que no se puede reemplazar con la virtualidad.

Pero de las crisis se debe mirar las oportunidades y lograr la internacionalización de la enseñanza, incrementar los convenios, crear clases conjuntas interuniversitarias, enriquecer el background de formación del estudiante. Sin embargo, la experiencia del Campus, el contacto con otros estudiantes, la generación de networking, la formación personal (no de aprendizaje, de crecimiento personal) no se reemplaza en la virtualidad.

Vemos los campus universitarios abandonados o semi abandonados, y la educación siguió su camino, entonces, deberemos aprender a identificar las instalaciones necesarias, de las que no lo son tanto, definir espacios especializados y potenciarlos y prescindir de los espacios genéricos o reducirlos.

¿Cómo imagina el rol del educador en relación a esta universidad futura?

No podemos pensar que la educación siga siendo tan estática como en los años anteriores. La evolución de la educación ha sido lenta o muy lenta, y siempre basada en el profesor como generador del conocimiento. Se debe cambiar a una enseñanza basada en el conocimiento y el profesor se debe convertir en un facilitador. El conocimiento está en todos lados, pero se lo debe canalizar de forma adecuada, ahí es donde entra la universidad y el profesor de nueva generación. Definitivamente, la presencialidad como la conocíamos, no volverá a ser la misma, debe haber una fuerte evolución, sobrevivirán y se destacarán quienes sepan reinventarse. El papel de los contenidos digitales, la gamificación, el uso de herramientas complementarias, webmeeting, blended learning, etc., será muy importante. El profesor debe evolucionar, digámoslo así, “sufrir” una transformación digital.

Pero si el profesor debe evolucionar, el estudiante debe hacerlo mucho más. La ventaja es que los estudiantes que llegan a la universidad en estos días, son nativos digitales. Para ellos, asumir la tecnología es algo natural, pero los paradigmas de su papel en la educación deben cambiar a un papel mucho más activo, crítico, creativo. El conocimiento ya no se centrará en lo que el profesor esté dispuesto a compartir, se centrará en los objetivos de aprendizaje y el estudiante deberá desarrollar mucho sus capacidades de investigación, síntesis y análisis.

¿Ha utilizado su institución la analítica de datos? ¿De qué manera?

Las estadísticas, pero sobre todo su análisis profundo, son fundamentales para el mejoramiento continuo de los procesos. Tomar decisiones con base a información es de enorme ayuda en el rumbo de un negocio y la educación superior no es la excepción. Un ejemplo es la retención de estudiantes, que ha sido desde hace unos años una preocupación creciente el evitar que los estudiantes deserten, los datos, las estadísticas y su análisis te permiten generar perfiles de riesgo y tomar acción.

Los datos nos permiten, por ejemplo, seguir el desarrollo de un curso, el seguimiento del rendimiento de un estudiante y del grupo, definir si la falla está en la enseñanza o en el aprendizaje de uno o varios individuos, definir si caminamos a un perfil de riesgo, prevenir abandono de materias, ofrecer apoyo académico temprano, revisar objetivos de aprendizaje, definir puntos de énfasis, etc. Como entidad académica encontramos beneficios en un curso, una carrera, la universidad completa, como negocio, decisiones adecuadas en temas financieros, contrataciones, inversiones, tecnología, etc. Quien en la actualidad toma decisiones por intuición, está dando ventaja importante a quien toma decisiones informadas.

¿Y de qué manera utilizan estos datos para la toma de decisiones? ¿Cómo identifican qué es lo importante, qué es lo trivial y qué debe ser observado?

Se empiezan a tomar datos en el primer contacto de un prospecto y no dejas de tomar datos de un estudiante nunca, siempre será un Alumni con quien quieres mantener una relación de confianza. Pero los datos más importantes son los académicos, de allí que necesitas plataformas robustas administración de registro académico, plataforma de manejo de la enseñanza (LMS). Del estudiante se quiere saber todo lo que éticamente se pueda saber para estar listo para satisfacer sus necesidades y predecir sus demandas. Por otra parte se necesitan datos internos de comportamiento del negocio, números ideales de funcionamiento de la institución para viabilizar su crecimiento, su capacidad de inversión para lograr una constante adaptación a los requerimientos de las realidades cambiantes. Y claro, los datos del macro, del país para adecuarte a las políticas del entorno en el cual debes funcionar. El país genera una fuerte influencia en la evolución de una Universidad, ya que las regulaciones que se emiten te obligan a limitarte o adaptarte para el cumplimiento de las normas de acreditación. Finalmente está el entorno mundial, los rankings de universidades también son factores a considerar, de allí que las universidades debemos poner énfasis en la investigación, el contacto con la comunidad, la responsabilidad social y ambiental, etc., ya no es solamente la docencia, y en ese marco, los datos que se necesitan conocer y generar son enormes.

Fausto Alberto Vasco Moncayo
Director de Tecnologías de la Información, de la Universidad San Francisco de Quito.
Director CISCO Networking Academy y Master’s in Business Administration.

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